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Foto del escritorFrancisco Mendoza

¡Salud por los contribuyentes!


Arrancamos un nuevo año y, tras celebrarlo con nuestros seres queridos, la esperanza se renueva. Establecemos nuevos objetivos personales y profesionales, llenándonos de entusiasmo. Cada nuevo año, celebramos los proyectos concretados, las empresas establecidas y nos emocionamos por todas las nuevas ideas que deseamos ejecutar los próximos 12 meses.

El 2019 no es la excepción. Lo recibimos con gran emoción y, luego de una evaluación a lo que viene, ¡nos aventuramos!

Este año estará cargado de retos para cada uno de los ecuatorianos y el país en general, debido a que atravesamos por una situación ecónomica poco favorable. Ahora bien, ¿ha existido algún año en el que las cosas se hayan dado de manera cómoda?

Es usual que nos toque capear momentos complicados. Sabemos que podemos sobrellevar condiciones difíciles y lo haremos.

No obstante, si miramos la orilla contraria: el gobierno, vemos que básicamente sucede lo opuesto cuando arranca otro periodo fiscal. El gobierno discute un presupuesto que no sabe si podrá cumplir. Negocia el alza de los salarios que siempre será insuficiente y solo alberga la esperanza de llegar al final del 2019 con una base política que le proporcione sostenibilidad. De este modo, podrá permitirse decir que las cosas se han hecho bien, siempre incrementando la presión sobre la mayoría.

Iniciamos un nuevo año con un gobierno en constante escrutinio que está pagando las consecuencias de 11 años de pésima administración, particularmente de la economía. La postura actual de las autoridades incluso da la sensación de que quieren adelantar la celebración un par de años y llegar al 2021 cuanto antes.

Dentro del espectro político-económico, los ecuatorianos recibimos el año nuevo con emociones encontradas, entre el alivio de dejar atrás el modelo del socialismo del siglo XXI y la incertidumbre del rumbo que está tomando el gobierno de Lenin Moreno. Las políticas económicas de agosto y diciembre de 2018 plantearon la reducción superficial del aparato estatal y el gasto público, pero no proporcionaron soluciones efectivas para dinamizar la economía nacional.

Al comenzar este nuevo año, nos encontramos con dos realidades diferentes: (1) las personas que necesitan trabajar, mantener sus empresas, expandir sus emprendimientos y generar mayor riqueza en el país y (2) un gobierno que ha perdido capacidad de acción y, una vez más, dependerá de todos quienes construyen este país, financiera y anímicamente, pese al duro contexto que ha sido consecuencia de este y el pasado gobierno.

Por este motivo, desde Libre Razón, queremos saludar y celebrar a todos las personas y todos los contribuyentes que no pierden la ilusión. Que asumen retos y responsabilidades, que buscan su camino constantemente sin esperar reconocimiento alguno ni privilegios.

Especialmente, saludamos a todos quienes buscamos mayor libertad.

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