Cada vez me entusiasma menos el día internacional de la mujer, porque no concuerdo con la mayoría de las causas que se defienden EN nuestro nombre hoy en día.
Con el fin de liberar a las mujeres de la represión histórica y cultural, los más fervientes activistas demandan toda clase de privilegios y regulaciones. No obstante, varios estudios demuestran que implementar medidas diferenciales para las mujeres en el mercado laboral, por ejemplo, reduce las oportunidades y aumenta la discriminación.
Concuerdo completamente con que las mujeres tengamos igual acceso de oportunidades, pero no creo que el camino idóneo para ello sean marcos normativos extensos y numerosas medidas coercitivas. Al contrario, las mujeres debemos luchar por ser iguales ante la ley y libres, tanto del sexo opuesto como del gobierno.
Rosemarie Fike resalta este argumento con su más reciente investigación para el Fraser Institute, Women and Progress: Impact of Economic Freedom and Women’s Wll Being (Mujeres y progreso: el impacto de la libertad económica y el bienestar de la mujer).
Ella explica que un conjunto de reglas claras, las cuales permitan a las mujeres tomar sus propias decisiones económicas, es justamente el camino correcto para lograr que las mujeres tengamos más oportunidades.
En su análisis, ella combina el índice de libertad económica del Fraser Institute con el nuevo índice de disparidad de género para observar cómo cambian los puntajes de los 159 países estudiados, una vez que están controlados por género.
Uno de sus principales descubrimientos es que los países con los menores niveles de disparidad de género son también los países con mayor libertad económica. Las naciones menos libres, en cambio, tienen las mayores diferencias promedio entre sus puntajes originales y los controlados por género. Luego, Fike incorpora variables económicas y sociales relevantes para examinar las condiciones de las mujeres en cada país. Ella se basa en cuatro ámbitos principales: mercados económico y laboral, salud, educación, e independencia financiera.
Los resultados demuestran que las mujeres que viven en los países con mayores niveles de libertad económica han mejorado notoriamente sus condiciones de vida desde 1970.Las mujeres de estos países tienen el doble de oportunidad de participar en la actividad laboral y menos del 15% trabaja en condiciones de vulnerabilidad. En cambio, casi 40% de las mujeres en los países con poca libertad económica ocupan trabajos de alto riesgo.
Las mujeres que gozan de libertad económica viven en promedio 17 años más; y el 94% de ellas saben leer, es decir, 35% más que en los otros países.
Un aspecto fundamental de la independencia financiera es tener acceso a una cuenta bancaria, el cual desafortunadamente solo tienen el 25% de las mujeres en países con poca libertad económica. En los países económicamente libres, 82% de mujeres ya tiene una cuenta bancaria.
Este estudio sugiere que una manera altamente efectiva y comprobada para ampliar las oportunidades de las mujeres es que luchemos por la igualdad de acceso a las instituciones que promueven la libertad económica. Asimismo, las mujeres debemos tener la autonomía legal para tomar nuestras propias decisiones económicas.
La mejor forma de empoderar a las mujeres es mediante herramientas que nos permitan buscar nuestra felicidad, tal y como cada una de nosotras la entendemos. Ni un funcionario público ni un líder feminista tienen la autoridad para imponer lo que significa el éxito para las mujeres.
El debate debe cambiar de enfoque y olvidar las comparaciones. Los resultados de los hombres y de las mujeres son y seguirán siendo distintos.
Lo que debe preocupar a los hacedores de las políticas públicas y a la sociedad civil es que se eliminen las barreas que impiden a las mujeres gozar de libertad económica y política. Así, las mujeres alcanzaremos éxito y bienestar a nuestra manera y por mérito propio, sin la necesidad de dádivas ni cuotas políticas.
Este artículo se publicó originalmente en AIER.
Fotografía tomada de : https://buhomag.elmundo.es/my-life/que-es-realmente-el-feminismo/